Entré a la habitación en donde estabas , te busque y no te vi,
me acosté en tu cama intentando sentir el calor que me brindaste siempre con tu sola presencia, no lo sentí.
tenia en mis manos uno de tus pañuelos, blanco y viejo; oliéndolo, lo mantuve así, cerca de mi nariz , muchas lagrimas brotaron y ese pañuelo las seco.
Solo tu olor me quedaba en esa habitación, en el baño de mi casa y respiraba profundo intentando guardar tu aroma para siempre en mis pulmones, en mi memoria; ese aroma que desde chiquita me era tan familiar, que me calmaba y me ahogaba.
En ti los faritos se hacían perfume, tu esencia era pura, cálida, rica.
Hombre más tierno, cariñoso, sabio y gracioso no verán mis ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario